El regreso de Dorian a la actualidad musical se produjo el pasado mes de diciembre con la publicación –y el éxito– de “Dos vidas”, gran single de adelanto construido sobre una base de breaks sincopados, cuya arrebatadora melodía de voz venía arropada por poderosas líneas de sintetizador marca de la casa. “Dos vidas” incluía en su letra un homenaje al premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez y sus “Cien años de soledad”, y una coda en francés, dándonos algunas pistas sobre lo que se avecinaba.
Y lo que se avecinaba era “Ritual”, un álbum de marcado carácter cosmopolita que disloca los parámetros de la música pop al uso planteando un poderoso diálogo musical entre Europa y América, desde el cono sur hasta Estados Unidos, desde synth pop y el french touch al rap británico, desde la chacarera argentina al italo disco, estableciendo un antes y un después en la carrera de los barceloneses.
En “Ritual”, ritmos caribeños como los que suenan en “Lento” conviven de un modo natural con intensos y exquisitos pasajes de electrónica (“Rubik”); en “Ritual” hay espacio para el trap feminista (“Techos de cristal”) y para el dream pop (“Universal”); en “Ritual” largas letanías distópicas (“Mundo perdido”) se entrelazan con hermosas declaraciones de amor (“Dos vidas”).
Estamos hablando de un álbum ecléctico, arriesgado y brillante, un doble salto mortal en el que los barceloneses han mezclado letras en español con versos en inglés, francés, portugués, ruso y catalán, llevando al oyente hacia distintos espacios mentales: de nuevo el cosmopolitismo como concepto, como guía, y como idea opuesta a la cerrazón de la xenofobia y el racismo, tan presentes por desgracia, todavía, en la política y las sociedades de nuestro tiempo.
Basta con echar un vistazo a los invitados para darnos cuenta de que nos encontramos ante un álbum excitante, destinado a marcar la evolución presente y futura de una banda que no está dispuesta a ser encasillada en etiquetas estancas. Alizzz –uno de los productores más relevantes de la escena actual–, firma junto a Marc Gili, vocalista de la banda, la composición de “Energía rara”, infeccioso tema de baile destinado a poner patas arriba los conciertos de los barceloneses en sus giras de presentación.
Arrebatadora suena la voz de Ana Mena –la chica de oro del pop español e italiano–, en “No dejes que pase le tiempo”, hit emocional en el que Dorian nos hablan de una pareja que está aprendiendo a comunicarse de forma no violenta. Lido Pimienta, prestigiosa cantante de Barranquilla afincada en Canadá, inyecta su estilo indígena y afrocolombiano en “Libre”, poderoso tema inspirado en la chacarera, un ritmo tradicional del norte de Argentina, mientras que Youthstar, MC británico perteneciente al colectivo Chinese Man –de enorme popularidad en Francia y Reino Unido–, introduce su infeccioso flow en la muy orweliana letra de “Mundo perdido”, primer corte del álbum en el que Dorian vuelven a manifestar sus preocupación por la manipulación de las masas por parte de los poderes fácticos: “mundo sin libros, mundo de olvido / mundo con dogmas, mundo dormido” canta Marc Gili de forma recurrente a lo largo de la composición.
Las temáticas de tipo político, social y cultural vuelven a estar presentes en “Lento”, canción que combina ritmos caribeños con un poderoso estribillo cercano al french touch y una letra que apela a la necesidad de mantener la moral alta cuando los cambios en la sociedad no se producen a la velocidad deseada: “siempre es lento, cada cambio va lento, si empujamos con fuerza lo cambiamos por dentro”, repiten Marc y Belly en la que sin duda es una de las canciones más sorprendentes y contundentes de “Ritual”.
“Techos de cristal” reivindica un siglo XXI en el que la mujer marque otro modo de establecer las dinámicas sociales, desde la comunicación en el día a día hasta las relaciones de poder, desde la política hasta la cultura: “y fundarás una nueva verdad, y cambiarás miedo por tempestad, y romperás los techos de cristal, hasta le final, hasta el final” reza el estribillo, mientras que “Dual”, que cuenta con Pimp Flaco como invitado, rompe una lanza a favor de la libertad sexual y emocional.
En “Tornado” –tema que aborda asuntos como la gentrificación de las ciudades o la crisis provocada por la evasión de capitales y el crack financiero de 2008– Dorian vuelven a exhibir su esencia synth pop, mientras que “Universal” cierra el álbum con un emotivo dueto entre la banda y Suu, jovencísima cantante y compositora catalana de enorme talento. Firma la producción del corte Sergio Acosta, ganador de cuatro premios Grammy y guitarrista de la prestigiosa banda mexicana Zoé.
Marc, Belly, Lisandro y Bart han vuelto a facturar un álbum brillante, repleto de hits potenciales y de letras conmovedoras, una colección de canciones que reinventa el presente de Dorian para proyectar a la banda hacia el futuro. El tiempo juega a favor de un proyecto que lo tiene todo para otear el horizonte con optimismo. A sus largas y consabidas giras por España y Latinoamérica, han empezado a añadir, en los últimos años, numerosas visitas a Estados Unidos, de costa a costa, de Norte a Sur.
Por si fuera poco, Dorian presentarán su nuevo álbum en el Wizink Center de Madrid y el Sant Jordi Club de Barcelona el próximo mes de noviembre, tras pasar por la principales capitales de América Latina y numerosos festivales a lo largo de la próxima primavera y el verano. La era “Ritual” está en marcha.