El pop, como género, una de las virtudes que tiene es la de ser esponja. Asimila músicas, códigos, fórmulas. De ahí sale una mezcla, algo nuevo y fascinante.
No es posible explicar el éxito de Cupido sin referirnos a esta condición mutante del género; en Sobredosis de Amor todo transita por los caminos laterales del pop, estribillos coreables en la voz procesada de Pimp Flaco, la dosis justa de azúcar en letras de combustión instantánea, todo ello convive en perfecta armonía con guitarras eléctricas que desembocan en un solo; hay pianos delicados, desarrollos canónicos y una particular manera de entender la intensidad —en sus diferentes dimensiones—.
Cupido retomaba su actividad discográfica a finales de 2021, lo hacían jugando al despiste, algo que se les da bastante bien: cuando hablamos de estos cinco muchachos, nada es lo que parece. “Se Apagó”, lejos de poner el punto final a su trayectoria, resultaba ser otra balada de las que tan bien se le dan a Flaco, Luichi Boy, Toni D, Al y Dannel.
“Todas Menos Tú”, con esa cadencia tan reconocible, nos confirmaba que volvían en plena forma.
Como ya es tradición, no faltaron a su cita el 14 de febrero. “Santa”, con sus cambios de intensidad, lo tiene todo no solo para ser una de las cumbres de su discografía sino también para convertirse en uno de los highlights de sus directos.
“Un Cabrón Con Suerte”, por su parte, es un nuevo hit marca de la casa: estribillo para desgañitarse en sus conciertos y mucha frase de esas que posteas en redes sociales para después decir que no te pasa nada, que es solo la letra de una canción.
La publicación de “Sobredosis de Amor” es uno de los acontecimientos musicales del año, por los tiempos tan particulares que maneja la banda, pero también por el alto nivel ofrecido en un regreso a la altura de las expectativas.
El tracklist incluye también la ya conocida “La Pared”, un tema que, a juzgar por el número de reproducciones que atesora, se convirtió al instante en una favorita.
En el corte titular, Cupido se permiten ser autorreferenciales, jugando con la idea de las flechas de su propio arco.
“Almohada” nos deja una melodía con delicioso sabor dosmilero y “No Sé” constituye una evidencia más de que pocos artistas saben relatar tan bien lo que ocurre en una relación cuando surgen dudas.
“Dios No Existe” es un arrebato guitarrero necesario en un disco que principalmente se compone de acompañamientos instrumentales más bien sobrios.
“Universo” pone el punto final dejando suspendida una pregunta en el aire: ¿será realmente este su último verso? Cuando hablamos de Cupido, nada es lo que parece.