Ya salió el nuevo álbum de Gabrielle Aplin, «Phosphorescent» y en las semanas previas al lanzamiento, la cantautora llamó la atención de manera merecida con sus nuevas canciones llenas de vida.
Canciones recientes como «Skylight», «Call Me» y «Never Been The Same» colocaron a Gabrielle en la lista de reproducción de Radio 2, además de adornar las portadas de House of Solo y HATC.
«Phosphorescent» es la representación más sólida de quién es Gabrielle Aplin, así como de la artista que va a ser en los próximos años.
Aunque no es un álbum de confinamiento, es el producto de la soledad y la extrañeza que Gabrielle, como tantos de nosotros, experimentó durante todo ese tiempo.
Tras mudarse a Somerset con su pareja, los dos músicos de gira se vieron anclados en un horario convencional por primera vez en mucho tiempo, mientras los animales y la vida salvaje que rodeaban su nuevo hogar revitalizaban su encanto.
Las canciones surgieron con una nueva liberación. No había influencias externas de la industria ni planes en firme sobre qué canciones escribiría. Tenía una pizarra en blanco.
Grabado principalmente en este refugio campestre y evasivo con colaboradores clave como Mike Spencer y su coescritora habitual Liz Horsman, el resultado es un álbum en el que Gabrielle ha florecido redescubriendo a su compositora interior y acogiendo la inspiración que encontró simplemente pasando tiempo en la naturaleza.