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Laguna Pai: una década de ‘Resiliencia’ y la visión del presente [Entrevista]

En el marco de su próxima presentación en el Foro Indie Rocks!, conversamos con Laguna Pai sobre el aniversario de su disco Resiliencia, su evolución como banda y el proceso de creación de su próximo álbum Visiones. Entre recuerdos, sonidos y aprendizajes, la agrupación peruana reflexiona sobre lo vivido y lo que está por venir, en especial con su tour por México.

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Ahora que van a tocar en el Foro Indie Rocks!, me preguntaba: ¿qué significa para ustedes, como banda, mirar atrás y celebrar una década de uno de sus álbumes, Resiliencia?

Para nosotros es muy especial, en realidad. Siempre las celebraciones —ya sea de un disco o de la formación de la banda— son motivos para mirar hacia atrás, para reflexionar sobre lo que se ha hecho y para disfrutar del camino que hemos recorrido desde entonces. Y tratándose del disco Resiliencia, pues, es algo muy bonito porque es un disco muy especial. Se grabó y se produjo de una manera distinta al resto de los discos. En ese momento, la banda también estaba pasando por algunos cambios. Entonces, es un disco que representa muchas cosas.

Imagino que en el momento de su creación tenían una idea de “resiliencia”. Sin embargo, a través de los años, ¿cómo sienten que ha evolucionado su sonido desde ese entonces hasta hoy?

Yo creo que el sonido ha ido cambiando con cada producción. Después de Resiliencia, sacamos Impulso, Impulso Eterno, luego Entre sueños y raíces, y ahora estamos trabajando en una nueva producción que se llama Visiones, que sale a finales de este año. Y cada disco ha tenido su propia identidad sonora.

Desde Resiliencia hemos evolucionado mucho en cuanto a la composición. Hemos explorado otros tipos de canciones, algunas más ligeras, otras más profundas, dependiendo de la etapa que estábamos viviendo. Pero, en mi opinión, Resiliencia tiene un sonido muy bonito y particular. No sé si lo hayamos logrado con los otros discos. Cada uno tiene su propio espíritu, pero Resiliencia es muy especial.

Y a comparación del disco Resiliencia, ¿cómo fue la creación de Visiones? ¿Cuál fue esa chispa de inspiración?

Este nuevo material tiene algo mágico. Se está convirtiendo en uno de mis favoritos porque las canciones tienen un origen muy particular. Lo que pasó es que, con el tiempo, la disposición que teníamos para juntarnos, tocar y componer —como lo hacíamos antes— se fue reduciendo. Tuvimos hijos, más compromisos, la vida misma.

Y claro, los procesos creativos requieren mucho tiempo libre. Para mí, al menos, la creatividad viene del juego: agarrar la guitarra y simplemente jugar. Antes lo hacíamos mucho con Salo, el guitarrista. Nos turnábamos con instrumentos, pasábamos cinco o seis horas solo creando. Pero como ya no podíamos hacer eso tan seguido, decidimos organizar unos retiros creativos. Nos fuimos a Cieneguilla, a una casa de campo, y nos encerramos cuatro días con Robert, Salo y Gabriela. Fue un retiro intensivo de composición. Y de ahí salieron todas las canciones que forman parte de Visiones.

El título del álbum también me parece muy coherente con lo que están viviendo como banda, ¿verdad?

Sí, totalmente. Nosotros le ponemos los nombres a los discos según lo que estamos viviendo. Le damos mucho cariño a todo el concepto detrás de cada producción, y Visiones nace de todo lo que hemos estado atravesando. Han pasado muchas cosas, hemos aprendido mucho, y también creemos que muchas de las cosas que estamos viviendo ya las habíamos imaginado. Entonces el disco tiene que ver con eso: con lo que visualizamos y con lo que está por venir.

Y por supuesto, su música fusiona varios géneros —el reggae, el rock— y también siento que tiene una raíz muy peruana. ¿Qué ingrediente local crees que hace único su estilo?

En Resiliencia hay varios ingredientes locales. Por ejemplo, hay un tema que se llama “Las Olas” que tiene una base de pregón afroperuano tocada en cajón. Otra canción, “28 días”, tiene una sonoridad más latinoamericana, más cercana al world music, y no tanto al reggae tradicional. La letra está inspirada en una leyenda del Inca Pachacútec, quien introdujo la luna en el calendario inca. No es que la canción hable de él directamente, pero la historia fue una inspiración importante. Así que nuestra identidad peruana o latinoamericana se refleja tanto en el sonido como en el contenido.

Ahora que vienen a México y darán tres shows; el primero en Playa del Carmen, el segundo en Guadalajara y cerrando en CDMX , ¿qué vibra o mensaje quieren que se lleve el público mexicano con su música?

Creo que el público mexicano más bien es quien nos regala esa vibra increíble que siempre sentimos allá. Nosotros vamos con toda la energía de Laguna Pai, con la intención de que el show sea un viaje. Nos gusta pensar que es una sesión en la que todos cerramos los ojos, y al abrirlos salimos con una configuración distinta a la que teníamos al entrar. No se trata solo de entretener, sino de compartir algo más profundo. Tendrá una energía muy fuerte, muy guerrera.

Muy resiliente, ¿no?

Exacto, es un disco que tiene un mensaje de aguante, de resistencia. Y siento que México también tiene esa energía. Es una tierra con muchas similitudes con Sudamérica, pero con una vibra aún más fuerte. Como te decía, vamos también para recibir esa vibra.

Muy de acuerdo. Y ya para cerrar: ¿qué ha aprendido Laguna Pai de la resiliencia, no solo desde la música, sino como experiencia de vida?

La resiliencia es la manera de seguir adelante. Es aprender y transformar todo —a través de la gratitud— en algo positivo. En algo que te nutre y de lo que puedes salir fortalecido. Creo que, a medida que vamos creciendo, eso se vuelve cada vez más claro. Hay que agradecer incluso los momentos difíciles, porque ahí está la enseñanza.