México se caracteriza por su cultura, colores, sabores, sonidos, aromas y prácticas artesanales que enaltecen su historia y raíces, mismas que son representadas en las tradiciones y costumbres de los 68 pueblos indígenas que actualmente existen en nuestro país.
En reconocimiento a la herencia cultural de estas comunidades alrededor del mundo, en 1994 la UNESCO declaró el 9 de agosto como el Día Internacional de los Pueblos Indígenas con el objetivo de respetarlas y rememorar su importancia.
El arte ancestral con sus técnicas milenarias hechas a mano, buscan expresar los sentimientos del artista, contar historias y al mismo tiempo, despertar los sentidos de otros de diversas maneras.
Así mismo, aunque haciendo uso de la más innovadora tecnología y arte gráfica, los desarrolladores de videojuegos quieren emocionar a sus usuarios contando también su historia y plasmando en estos juegos su creatividad, experiencias y visión. De esta manera, ambas expresiones artísticas se conjugan en el objetivo de compartir, transmitir, expresar y despertar en sus usuarios, emociones y sentimientos.
Para conmemorar esta fecha y con motivo de enaltecer las culturas indígenas mexicanas, Xbox México buscó a tres comunidades de artesanos indígenas para que utilizaran como lienzo un control de Xbox y lo transformaran en auténticas piezas artesanales de colección (piezas que no estarán a la venta).
Así los controles muestran la herencia ancestral de México a través de magníficos diseños tradicionales que enaltecen nuestra cultura. De esta manera, el arte milenario y las nuevas expresiones artísticas, como los videojuegos, se armonizan en piezas únicas que rinden homenaje a los pueblos indígenas del país.
Celebrando la diversidad e inclusión en nuestro país, a continuación te presentamos los detalles y el trabajo que realizaron los artesanos para imprimir su identidad en cada una de estas.
Huichol, Nayarit: Cukate
Los huicholes o wixárikas son originarios de la zona montañosa de Nayarit, Jalisco, Zacatecas y Durango. Es una etnia considerada “pura”, ya que durante la Conquista lograron apartarse de las influencias españolas y la cultura moderna.
El misticismo es su sello, ya que la luna, el sol, la naturaleza y las figuras cósmicas son protagonistas de sus historias, ceremonias, religión y arte.
En cada creación muestran una historia o mito que se narra a través de la unión de las chaquiras o hilos de estambre. Con ello, representan aspectos de su vida e historia y abren una ventana al espectador para adentrarse a su mundo y el de sus antepasados.
El control intervenido con la técnica Huichol fue realizado por artesanos Huicholes que colaboran con Cukate, quienes se inspiran en su práctica religiosa, misma que plasmaron en su pieza.
“Los símbolos que impregnamos en cada pieza tienen un significado, como por ejemplo el maíz que es prosperidad, la mariposa que es buena suerte, el ojo de Dios que es el protector de los niños, el escorpión que es el protector del peyote y el venado que es el dios del océano”, compartió Grisela Carillo Carillo, artesana Huichol que colabora con Cukate y quien realizó uno de los controles.
La belleza casi misteriosa y sagrada de esta comunidad que figura en el control artesanal muestra su gran herencia cultural. “Mi relación con mi mamá ha cambiado desde que estoy con ella trabajando. Agradezco mucho que me haya enseñado. Gracias a eso, hoy puedo mantenerme y puedo tener más relación con la gente que aprecia este tipo de arte. Este control lo hicimos mi mamá y yo. Ella le dio los toques más delicados a la pieza y yo di los toques de decoración finales”, añadió Grisela Carillo Carillo.
Olinalá, Guerrero: ICAT – Olinalá
Quién haya viajado a Guerrero seguro ha visto baúles de madera finamente decorados de diferentes maneras. Este es el sello de la comunidad cuyo nombre significa “terremotos”.
En esta región montañosa los árboles abundan y el lináloe, cuya madera tiene un deleitante aroma, es la materia prima para la fabricación de las “cajitas”, que son una costumbre que ha pasado de generación en generación.
Desde pequeños, los habitantes de Olinalá aprenden a crear su obra de arte, cuya forma y estética conlleva un trabajo muy minucioso. Las piedras calizas, colorantes naturales, aceites, plumas, espinas, pelo y tierra son los elementos clave para que las manos de los artesanos pueblen la madera de relieves laqueados y fantasiosos, para que se convierta en un cofre del tesoro para su próximo dueño.
El control intervenido por este delicado arte corrió a cargo de los artesanos de la Unidad de Capacitación para rescatar, preservar y potencializar el arte del laqueado de Olinalá, del Instituto de Capacitación para el Trabajo Olinalá (ICAT – Olinalá), un grupo apasionado por su cultura y orgulloso de su técnica.
“El arte de Olinalá es extraordinariamente bello. Los óleos son totalmente naturales; se consiguen en el campo, en la montaña”, comentó Edwin Ruiz Ventura, artesano de ICAT – Olinalá. “Lo que más me apasiona de mi trabajo es que las piezas que pasan por mis manos han llegado a sitios del mundo a los que no me esperaba que llegaran, cuadros que se han regalado a papas y a presidentes, eso me hace feliz”.
Las figuras plasmadas reflejan un intercambio cultural e histórico entre lo oriental y lo europeo, pero con el toque creativo de los guerrerenses, lo cual es visible en esta creación. “
Los elementos que tiene el control son rosas, flores y hojitas que le llamamos rameado. Utilizamos unos colores que conocemos como primavera para que el control se viera con realce, con vida y con colores bonitos. Los materiales que utilizamos en esta técnica llamada ‘dorado’ son pigmentos naturales que nosotros mismos fabricamos”, explica Francisco Coronel Redón, quien también forma parte de ICAT – Olinalá.
Tenango, Hidalgo: Tenangos Ma Hoi
Tenango, es conocido por la magia de sus hilos que llevan un fragmento de historia en cada hebra. Los bordados artesanales, cuya labor requiere de paciencia y minuciosidad, tienen un valor tradicional que va más allá de sus vivos colores y originales diseños por su sentimentalismo, ya que narran la historia de los habitantes de la sierra.
Los animales y la naturaleza son los principales personajes de sus historias, pues la comunidad se enorgullece de que puedan convivir con ellos en un mismo entorno lleno de respeto.
Cada artesano deja volar su imaginación al bordar y es lo que hace único cada telar cuyo fondo negro o blanco se llena de vida con tonalidades naranjas, verdes, rosas, azules, moradas y rojas.
Las artesanas de Tenangos Ma Hoi fueron quienes intervinieron uno de estos controles, el cual destaca por los colores inspirados en las emociones de las artesanas que lo bordaron, así como en su entorno.
“Todos los bordados van de acuerdo con el estado de ánimo que tiene la persona que está bordando en ese momento”, explicó Victoria Lucas Patricio, artesana de Tenangos Ma Hoi, quien tejió la funda del control que intervino. Mientras que, por su parte, Hortencio Vargas Sevilla, pintor quien colabora con el grupo de artesanas, añadió: “El plasmado de los Tenangos es una retroalimentación de nuestro entorno, de los elementos que tenemos en la región”.
Estos artesanos han heredado las técnicas ancestrales de su cultura y buscan compartirla con su familia y con el mundo y así mantener su legado y a sus comunidades. “Quiero que quede un legado. Quizás mis hijos aprendan algo de mí y eso será una pequeña huella que deje yo a través de ellos”, destacó Hortencio Vargas Sevilla. Por otro lado, Rosemary Alvarado Lucas, artesana de Tenangos Ma Hoi, finalizó: “Para mí, es importante que se festeje el Día de los Pueblos Indígenas para que no se pierdan sus culturas y tradiciones, para que siga habiendo sustento para muchas familias”.