El ultimo festival del año sonaba llamativo, los organizadores y la gente involucrada en este son mis amigos, hay un lazo fuerte que nos une, compartimos visiones similares de la vida, de la música, siempre me han apoyado, vaya hasta nos hemos peleado y ahí he aprendido que la amistad va mas allá de momentos así, este sueño que hoy se hizo realidad lo vi casi desde el inicio, su entusiasmo me emociono desde el minuto uno en que me lo contaron a miles de kilómetros de casa, pero fue un segundo semestre del año bien pesado, demasiados viajes, cada fin de semana estar en sitios diferentes, vuelos, autobuses, enojos, pedos mentales, muchos achaques, visitas a hospitales que a cualquiera deterioran y solo logran conseguir pensamientos de “hoy no quiero hacer nada, estoy harto de los shows por este año” pero ¿Que vergas?; estos vatos son mis carnales así que a preparar el equipo y disfrutar el maldito día, al final la música siempre ha sido mi lugar seguro y tenia que asegurarme de ello.
Las primeras ediciones de cualquier cosa siempre tienen sus defectos, es normal, pero cuando la personalidad ante la adversidad resalta los bemoles del ser humano, se admira sin lugar a dudas y para mi, eso fue, no es falta de expertise ni experiencia, estos sujetos tienen años haciendo conciertos, pero un festival es un monstruo raro, difícil de comprender, y ante esto la pericia con la que solucionaron cada uno de los temas es digno de un aplauso.
En materia de audio fue fantástico, nada fallo, cada banda, cada artista se entrego de manera maravillosa, la exactitud de los horarios también fue cumplidor a carta cabal.
El público que asistió también se entrego en cada acto, tenia mucho que no veía un slam correcto en modo y forma con una melodía de surf de fondo, acto seguido mover las cabezas con un beat de rap y al final mover los brazos y prender la lampara del celular con sonidos pop rock, eso fue el Funny Festival, un festival Sui generis en el cartel que logro conectar públicos distintos y arar un terreno olvidado por los grandes festivales.
En una de mis múltiples visitas al baño el encargado me dice “¿Está muy fresón no? Toda la gente va a llegar hasta el final o ni va a llegar, por acá esas bandas no suenan” ese pensamiento seguro no solo ronda la mente de ese carnal con el cigarro arriba de la oreja sino que también la de múltiples organizadores, bookers y hasta bandas que se han cansado de centralizar los eventos y ha dejado a la periferia siempre con ganas de “ojalá un día vinieran para acá” por eso ustedes, el público, cuando tengan un festival de ese nivel asistan y aduéñense de eso que merecen y que el Funny pudo darles este sábado.
Por motivos cómo esto pienso que toda la gente involucrada con el funny tiene huevos, ganas y talento.
Larga vida al Funny Festival.
Jú.