Hand Habits ofrece “un poco de azúcar para el moretón de la existencia” en su nuevo álbum [Entrevista]

Hand Habits, el proyecto del artista de Los Ángeles Meg Duffy (elle), está de vuelta con un nuevo álbum titulado, Sugar The Bruise. Un material que le llevó por nuevos retos y descubrimientos artísticos, al liberar su mente de expectativas y confiando en que cualquier letra o sonido que estuviera destinado a emerger, lo haría eventualmente. 

Tras impartir una clase de composición, Duffy concluyó que la colaboración y la improvisación son esenciales en el proceso, por lo que esta vez se aventuró a una nueva experimentación de la mano de Luke Temple, Philip Weinrobe y Jeremy Harris, con quienes entró al estudio esta vez sin ninguna canción terminada, inclinándose en el lado lúdico de las cosas y confiando en el propio proceso. 

Para Hand Habits, componer canciones siempre ha sido su forma de procesar el presente, y en esta ocasión su mente se enfocó en el magnífico contraste entre los sentimientos más dolorosos y los más alegres, pero sobre todo, en cómo la oscuridad puede convertirse en luz con facilidad y viceversa. Con Sugar the Bruise, una corta colección de canciones, nos ofrece en sus propias palabras, “un poco de azúcar para el golpe de haber nacido, un poco de azúcar para el moretón de la existencia”.

¿Cuál dirías que fue el punto de quiebre que te llevó a comenzar a escribir estas canciones? 

No sé si hubo uno realmente. Fue un comienzo un poco improvisado el hacer este álbum. Hay una letra que escribí para cualquiera que estuviera interesado en leerla, en donde hablo de esto. Entré al estudio con la mayoría de las canciones o ideas a medio terminar y sin nada concreto aún, que no es como típicamente he grabado discos. Normalmente hago maquetas y conozco todo lo que puedo antes de comprometerme a grabar. Así que mis amigos Luke Temple y Jeremy Harris me animaron a reservar un tiempo en el estudio con ellos como una forma de establecer un parámetro para un desafío, pues no tenía ninguna canción hecha.

Estaba muy asustado de hacer eso, me gusta saber lo que está pasando y me gusta planificar y estar preparada. Y así, como un experimento, fue emocionante no estar preparada. Y me gustó mucho lo que salió, requirió mucha entrega y mucha confianza y mucho misterio que me puso nerviosa.

Para mí, hacer arte es entrar en esos espacios desconocidos en los que estás realmente nervioso y no sabes qué va a pasar. Porque creo que la vida es así. Puedes planear y saber qué va a pasar, y puedes saber dónde se supone que estás o adónde vas, pero pocas veces es como crees que va a ser. Muchas cosas cambian todo el tiempo, seas o no consciente de ello. Entonces el punto de quiebre realmente fue superar la incomodidad de no tener un plan y dejar que la música hablara por sí misma. 

En esa carta también escribiste que, las palabras que deben salir de ti en ese proceso, eventualmente encontrarán la forma de hacerlo. ¿Dirías que sin importar la situación o el entorno en el que te encuentres, durante el proceso creativo surgen pensamientos o sentimientos de los que tal vez no eras consciente? 

Si, absolutamente. Lo que tiene que salir, saldrá con el tiempo. Es una manera realmente hermosa de decirlo. Y eso pasa con la vida también, creo que lo que tenga que pasar, pasará. Y he estado pensando mucho sobre la represión últimamente y cómo no es bueno sabotear constantemente tus deseos o tus necesidades. Creo que es bastante traumatizante y se ve esto en las culturas que se basan en la vergüenza y esto se refleja en el arte. 

Aunque sí pienso que los alrededores realmente influyen, he hecho discos en un estudio en el norte de California, y la oscuridad suele salir de mí cuando estoy allí. Creo que el paisaje es muy brutal, es muy hermoso, y el clima también es muy volátil. Hay una energía con la que me encuentro alineada, me guste o no. Es muy oscura y  fue un reto empujar a través de eso. Incluso sónicamente puedo oírlo, cuando llevamos las mezclas fuera del estudio, eran muy oscuras y cálidas, y le pedí a mi amigo y colaborador, Phillip Weinrobe, que mezclara el disco y le diera un poco más de aire en la producción.

Porque creo que la atmósfera allí puede ser muy brumosa y espesa, y de repente el sol cambia y hace mucho calor. El norte de California, el Área de la Bahía es un lugar de clima muy intenso, y definitivamente creo que tuvo una influencia. Cada canción se siente realmente diferente de la misma manera que el paisaje puede ser tan diferente, si eso tiene sentido.

Siempre has escrito canciones que parecen venir de un lugar muy crudo y personal. Durante el proceso de composición ¿Existe un balance entre lo que compartes y lo que es sólo para ti? 

Definitivamente, a medida que envejezco, aprendo cuál es el equilibrio y lo voy ajustando. Creo que cuando era más joven y empecé a escribir canciones, la razón por la que empecé a escribir canciones fue para procesar, para volver a lo que sea necesario que salga, saldrá. Recuerdo una entrevista, una de las primeras que hice para mi segundo disco, y alguien me preguntó: «Parece que eres una persona muy ansiosa, ¿cómo afrontas la ansiedad?”, nunca me había planteado eso. Y es interesante lo desconectada que puedo sentirme de las cosas que digo a nivel somático, pero aún así son ciertas. En mi primer par de discos, el propósito de la composición de canciones para mí era explorar estas partes más profundas de mí mismo, porque era la única manera de que estas cosas pudieran salir, porque realmente no tenía una práctica de atención plena o cualquier tipo 

Mientras crezco y hago más autoexploración, me interesa el equilibrio entre lo que comparto públicamente y lo que es para mi círculo íntimo o mi diario. Siempre será muy personal porque no puedo sacarme de mis canciones. Aunque lo intento, especialmente en este disco, creo que siempre va a ser desde mi perspectiva y mi experiencia. Y de la misma manera que cada pieza de música que pongo en el mundo es una pieza de música queer porque es inseparable de mi experiencia en su conjunto, como vivir en un cuerpo queer durante toda mi vida. Si estoy diciendo algo explícitamente o no, sigue siendo inseparable de mi experiencia personal. Y me gusta recordar eso. Para otras personas que escriben canciones que parecen ser impersonales, aún así vienen de su perspectiva.

Impartiste un curso de composición y en tu letra mencionaste que descubriste que la colaboración e improvisación son las bases para todo aquel que usa la escritura como una forma de expresión. Para quien quiera comenzar a escribir canciones ¿Cuál sería tu recomendación para convertir cualquier escrito en una canción en forma? 

Supongo que desafiaría a la persona a preguntarse qué es una canción en forma, porque hay tantas maneras diferentes de escribir canciones, estructuralmente adverso en un estribillo normalmente funciona para mí. Están los fundamentos de la música, que la mayoría de las veces no importan, son sólo parámetros o formas para que la gente los encuentre y juegue con ellos. Pero para mí, esa es la forma en que empecé a escribir y la forma en la que normalmente me siento cómodo haciéndolo, aunque estoy tratando de escribir desde nuevas perspectivas. Les diría que no tengan miedo de decir lo que tienen miedo de decir. Tengo algunos códigos en mi cerebro que están desactivados para escribir canciones. Obviamente uso la discreción y edito algunas de las cosas que escribo, pero muchas veces estoy en un estado de trance y trato de salir de mi propio camino.

Además, simplemente tocando sobre un par de acordes y viendo qué sentimiento surge. Anoche vi a Tim Bernardes tocar, no sé si estás familiarizado con su música, pero todas sus canciones son en portugués. Y yo no hablo ni entiendo portugués, pero sabía de qué se trataba cada canción que tocó con sólo escuchar y sentir, si estaba equivocado o no, no importaba. Él estaba cantando estas hermosas melodías, yo pensaba «oh, esta canción es como querer más de alguien». Y me di cuenta por la presentación emocional de la música. Al escribir canciones, lo que tenga que surgir, surgirá si tú lo permites. Esa es la mayor lección, deja que salga. No tengas miedo de decir algo que suene cursi, y si te hace sentir incómodo, vas en la dirección correcta.

“¿Somos nosotros los que escribimos las canciones o son las canciones las que nos escriben a nosotros?”, es un cuestionamiento que te has hecho acerca del control. ¿Dirías que te has acercado a la respuesta? 

No, aún no. Creo que, como Rainer Maria Rilke diría, estoy, estoy comprometido a vivir en las preguntas. Y esa es una de las preguntas en las que creo que estoy viviendo en este momento.

Sugar The Bruise, es el nombre del próximo álbum de Hand Habits. ¿Cómo fue que elegiste este nombre y crees que pueda darnos una perspectiva de lo que escucharemos? 

Proviene de un poema que escribí y que forma parte de una colección más amplia de obras en las que he estado trabajando durante los últimos dos años. La colección se llama Overloading the Iris (Sobrecargar el iris). Lo publiqué en mi Instagram probablemente hace como un año. Pero siento que la poesía es menos emocionante que el  indie rock, o menos modificable y por lo tanto, menos accesible.

Sólo era una frase que llegó y la examiné, tuve una historia de amor con la fruta hace un par de años, estaba realmente obsesionado con los moretones de la fruta y cómo su contenido de azúcar es tan alto y es necesario para la supervivencia, pero si comes demasiada, puedes enfermar. Se puede pudrir muy rápidamente y todos los moretones son tan hermosas. Y fue esta frase la que me vino a la mente. No sé cómo resumirlo, pero para mí es, se trata de cómo el dolor y el placer son la misma cosa casi al final del día. Y no puedes tener uno sin el otro.

¿Dirías que tu estilo creativo al trabajar en un álbum, aún se inclina en crear un mundo por completo? Uno en donde se teng aun concepto, un principio y un final en la narrativa. 

Creo que hay maneras de hacerlo que están fuera de la propia escritura. Y para mí, este proyecto fue como el hilo conductor, fue el reto de no tener ninguna canción terminada al entrar en el estudio. Y todas fueron escritas en el mismo lugar, con la excepción de Private Life, que fue la única canción que escribí antes de entrar en el estudio. Pero sí, el hilo conductor para mí y el concepto era el propio disco y lo desconocido. Creo que las grabaciones pueden ser una gran forma de unir canciones y hacer que sean como un todo y tengan cohesión y trabajar con la misma gente en todo el disco. Sónicamente hay un tema, seguro. Es interesante en estos tiempos en los que mucha gente ya no escucha discos.

Escuchan canciones y a veces ni siquiera escuchan la canción entera. Estamos en un ambiente con la industria de la música donde los discos ya no son el rey. Siempre voy a ir tan profundo por los temas en los discos que hago, ya sea en la grabación o los temas sónicos o líricos. Y Funhouse fue en gran medida un disco conceptual para mí. Hay temas para la gente que todavía escucha discos enteros, y esa gente está disminuyendo debido a las plataformas de streaming que crean listas de reproducción que dictan el futuro de las carreras de todo el mundo basándose en los números y el consumo. Y eso no era así cuando empecé a hacer discos, ni siquiera 10 años atrás.

Has mencionado lo especial que es “Private Life”, cómo es difícil que una grabación toque los mismos lugares emocionales que la composición de la misma. Además de esta canción ¿Existe otra que te emocione de la misma forma? 

Realmente me encantan todas las canciones de este disco, y todas son muy diferentes. Pero lo he estado escuchando porque estoy a punto de empezar a preparar los ensayos. Me emociona que la gente escuche «Gift of the Human Curse». Creo que es muy rara y hay un montón de chistes en ella que creo que son divertidos y me emociona que la gente la escuche. Es un disco más corto, así que creo que espero que la gente tenga la capacidad mental para apreciar el viaje.

¿Alguna vez has escrito algo que incluso tú te has maravillado con el resultado? 

Sí. Y no de una manera egoísta, pero de una manera que soy tan emocional, porque escribo desde ese lugar de la emoción, no suelo sentarme y decidir escribir una canción sobre algo en particular. Las canciones que escribo abordan el momento en el que estoy. Muchas de las canciones en mi último disco son acerca de mi madre suicidándose, y tocar esas canciones me hace llorar cada vez. Durante los ensayos puedo ponerme muy emocional, y hay un meme de Sufjan Stevens que suelo mandarles a mis amigos, en donde está llorando y dice algo como “me hice llorar con mi propia maldita canción”. Y creo que me identifico con eso porque la mayoría del tiempo no estoy inventando cosas.

Fotos: Cortesía de MalfiCo