La música que nos hace humanos: el viaje interior de Gerikö en Primitivo

Gerikö es un artista peruano que acaba de presentar su primer disco en solitario, llamado “Primitivo”. Un nombre que le hace justicia, porque este álbum es una indagación de sus raíces, de su esencia, de su yo más puro y salvaje.

Gerikö empezó a hacer música cuando era un adolescente, influenciado por el rock argentino, el pop japonés y el folclore latinoamericano. En esa época, era un chico soñador, curioso y rebelde, que buscaba su lugar en el mundo y su identidad sonora.

Con el paso del tiempo, Gerikö fue creciendo y transformándose, tanto personal como artísticamente. Se convirtió en un productor musical, que trabajó con diversos artistas y géneros, y que montó su propio estudio en el segundo piso de su departamento. Ahí, grabó todas las canciones de “Primitivo”, tocando él mismo todos los instrumentos, desde la voz hasta las guitarras, los bajos, los synths y más.

“Primitivo” es un disco que refleja el viaje interior de Gerikö, desde su adolescencia hasta la búsqueda de la conciencia del ser y el despertar espiritual. Es un regalo para el Gerikö adolescente, que se esforzó por descubrir quién era, quién quería ser y cómo se relacionaba con los demás. Es un homenaje a la música y al arte que lo formaron y lo inspiraron. Es una expresión de esperanza, gratitud, amor propio y resiliencia.

El disco se divide en dos partes: “Primitivo A” y “Primitivo B”. La primera parte es más melódica y emotiva, mientras que la segunda es más rítmica y energética. Ambas partes muestran una fusión ecléctica de estilos, desde arreglos orquestales inspirados en videojuegos hasta la mezcla de huayno y cueca chilena. El disco también cuenta con la colaboración de músicos talentosos, como Francesco Bernasconi, Américo Parra, Jana Paredes y Leo Barraza, entre otros.

Gerikö es un artista sincero, que no teme mostrar su vulnerabilidad y su pasión. Su música es un alimento para el alma, que invita a reflexionar sobre las actitudes y costumbres que nos impiden crecer, y a dejarlas caer como piel muerta para renacer. Su disco es una obra maestra, que merece ser escuchada y apreciada por todos los amantes de la buena música.

Mira el clip de “Humo de flor”:

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