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El misterio bajo tierra en la ex casa de Cerati en Coghlan

En el corazón del barrio de Coghlan, detrás de un portón negro cubierto de tierra y escombros, se esconde una historia que mezcla rock, pasado oscuro y un hallazgo escalofriante.

Hace poco, en un terreno ubicado sobre la avenida Congreso al 3700, los obreros que trabajaban en una demolición se toparon con algo que nadie esperaba: restos humanos enterrados bajo la tierra. Sí, huesos. Y no estaban solos: había relojes y objetos personales cerca.

La policía intervino de inmediato y ahora la investigación está en manos de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 61. Por el momento, los restos fueron enviados a peritaje forense y se desconoce su antigüedad. Pero todo indica que el misterio viene de hace décadas… o incluso siglos.

Una casa con mucha historia (y algunos fantasmas)

Este lugar no es cualquier terreno baldío. De 2001 a 2003, Gustavo Cerati vivió ahí. El músico alquiló la casa mientras la dueña, la actriz Marina Olmi, estaba en España. Ella misma contó que el terreno tiene una historia intensa: antes fue un geriátrico, y mucho antes, en el siglo XIX, funcionaron una capilla y un establo.

“Había zonas con buena vibra, pero otras eran bastante densas”, dijo Olmi a los medios. Incluso relató que un árbol se incendió sin explicación cerca de una casilla que luego fue reemplazada por una pileta.

Durante sus años como refugio creativo, la casa se convirtió en punto de encuentro para grandes nombres del rock nacional. Además de Cerati, pasaron por ahí Charly García, Fito Páez, Hilda Lizarazu y Tito Losavio.

¿Un crimen enterrado en la historia?

Hasta ahora no hay pistas claras de a quién pertenecen los restos. Podrían ser de alguien que vivió en el geriátrico, o quizás datan de tiempos aún más remotos. Si los análisis lo confirman, el caso podría escalar a la Justicia Federal.

Lo curioso (y algo poético) es que todo esto sucede justo en un lugar que fue habitado por Cerati, un artista que hablaba del misterio, la pérdida y lo que nunca se dice. En redes, muchos ya conectaron el hallazgo con la atmósfera de su canción “Crimen”, ese tema que habla de heridas abiertas y secretos sin resolver.

Hoy, ese rincón de Coghlan vuelve a ser noticia. Pero no por la música que alguna vez vibró entre sus paredes, sino por los susurros del pasado que decidieron salir a la luz.